LOS NIÑOS Y EL ELOGIO
La mayoría de los maestros da por sentado que los alumnos tiene la obligación de realizar sus tareas de la mejor manera y de la forma que el maestro lo requiere, por el solo hecho de que a la escuela se va a trabajar y a hacer lo que el maestro le indique, por su propio bienestar.
Pocas veces recordamos que los alumnos necesitan ser motivados, necesitan escuchar palabras que le ayuden a reconocer su labor, además, es una herramienta muy importante para motivar al niño a tener una autoestima saludable, que es una cualidad básica de todo ser humano.
Los elogios son una buena herramienta para corregir comportamientos inapropiados, sin necesidad de recurrir al castigo.
La mejor forma de elogiar alumno, es estar atento en todas las cosas buenas que haga, no necesitan ser grandes cosas, resaltar aquellas cosas que para nosotros pueden ser insignificantes, pero para el niño pueden marcar la diferencia.
Ejemplo de esto pueden ser los siguientes:
Elogiar al alumno cuando hagas algo bien: muchas veces el maestro solo se centra en las cosas malas que hace el niño, con esto solo logramos hacerle ver que es un niño malo.
Reconocer cuando el niño se porta bien: cuando el alumno se porta bien parece que es innecesario responderle con un cariño felicitación, un simple “me gusto tu trabajo “puede marcar la diferencia en un niño.
Ser especifico: debe le maestro asegurarse que el niño entendió que se le está felicitando y se le está animando para hacer las cosa mejor.
Ser sincero: el maestro tiene que ser sincero y elogiar cuando realmente el niño ha hecho algo correctamente, no solo premiar por el hecho de hacerlo sentir bien.
Elogia sin palabras: una sonrisa, un abrazo, Una sonrisa, un abrazo, una seña positiva con el pulgar, o un “chócala” le dice al niño que el maestro está satisfecho con su trabajo o comportamiento.
Elogia inmediatamente: si el alumno ayudo a entregar los exámenes, elogiarlo en ese instante le hará sentirse orgulloso delante de todos sus compañeros.
Elogia mucho al principio y menos después: si se le asigna una tarea para realizar al alumno, y él lo termina, el maestro se debe de asegurar de decirle que su trabajo le agrado. Pero poco a poco hacerle entender que ese deber o tarea es su responsabilidad y la tiene que hacer sin necesidad que se le tenga que premiar cada que el realice la misma tarea.
Todos los seres humanos necesitamos esa muestra de cariño, saber que no estamos solos, que hay alguien que está a nuestro lado. Los niños necesitan más que ninguno tener esta seguridad para poder seguir aprendiendo todo lo necesario.
El elogio enseña a su hijo a ser positivo y a centrarse en lo bueno de su vida.
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Bibliografía:
www.education.pitt.edu/ocd/publications/.
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